miércoles, 30 de noviembre de 2011

La Técnica y su Hija Dilecta la Tecnología Disparadoras de Cambios Revolucionarios



Comenzaremos recordando que:


Si El Mundo Griego estuvo marcado por la filosofía,
El Romano por la jurisprudencia,
El Medieval por la religión,
El Moderno por la ciencia,
El Mundo Contemporáneo lleva la impronta de la Tecnología.

Ahora bien, este Mundo Contemporáneo que podemos calificar como Mundo tecnológico es bastante complejo y para desenvolverse con solvencia en el mismo y además poder planificar el futuro, hay que comprenderlo, pero para esto es importante conocer el pasado que lo generó.

El objetivo de esta disertación es precisamente analizar el pasado que generó el mundo de hoy, y para eso comenzaremos con la técnica.


La técnica se remonta a los orígenes mismos del ser humano.

Ortega y Gasset plantea en su libro Meditación de la técnica:

•"El hombre empieza cuando empieza la técnica;

Sin la técnica el hombre no existiría ni habría existido nunca."

Es decir que el ser humano y la técnica nacieron simultáneamente.

En los orígenes de la técnica están las manos como instrumentos de trabajo. Algunos pensadores plantean que somos inteligentes porque tenemos manos, lo que lleva a decir que el Homo Faber fue antecesor del Homo Sapiens.

Al respecto ENGELS sostenía que el desarrollo de la mano como instrumento de trabajo impulsó en los primeros seres humanos la adquisición de la inteligencia, y por lo tanto el tamaño del cerebro.

Otros sostienen lo inverso, que el desarrollo y el aumento del tamaño del cerebro llevo al Homo Sapiens antecesor del Homo Faber.

El problema es ¿Qué se desarrollaron primero, la mano o el cerebro?; queda abierta la pregunta pero como defensor de la técnica considero que fue el Homo Faber quien través del tiempo fue generando al Homo Sapiens

La técnica acompañó siempre el desarrollo de la sociedad humana y fue evolucionando y progresando a lo largo del tiempo, sin cambios que alteraran el contexto social, salvo los que acaecieron en períodos en los que hubo importantes transformaciones técnicas que trascendiendo lo puramente técnico provocaron profundos cambios no solamente técnicos, sino también sociales, económicos y culturales, generando procesos que calificamos como Revoluciones.

Por ejemplo la Revolución neolítica (VIII milenio a.C.), considerada la primera transformación radical de la forma de vida del ser humano, que de nómada se convirtió en sedentario, pasando de una economía de caza y recolección a una economía de producción

A continuación analizaremos las Revoluciones técnicas y tecnológicas que generaron el mundo de hoy, y estas son:

La Revolución técnica de la Edad Media.

La Revolución industrial,

La Segunda Revolución industrial o Revolución tecnológica, y

La Revolución Científico-tecnológica.
 


A lo largo de todo el período medieval estuvo presente una fuerte hegemonía religiosa que identificaba a la religión cristiana con la verdad, lo que puso límites a pluralismos ideológicos y filosóficos, pero también hubo épocas muy fecundas en la vida intelectual, en el arte, en la ciencia y en la técnica.

Entre los acontecimientos técnicos que tuvieron lugar durante Edad Media podemos mencionar a:

La creación de las universidades;

La construcción de las catedrales góticas;

El uso del estribo;

La invención de la imprenta; y muchos otros acontecimientos

Estos acontecimientos si bien en muchos casos modificaron el ritmo de la sociedad europea, no plantearon cambios revolucionarios pues no cambiaron la estructura social.

Pero hay un acontecimiento que sí provocó un cambio revolucionario y este fue:

la introducción de "La Máquina" de la estructura productiva en reemplazo de esfuerzos físicos o musculares del ser humano o de los animales.

Esto aconteció alrededor de los siglos XI y XII, y la máquina fue el molino, pero no sólo para moler granos, como lo sugiere su nombre, sino también para accionar diversos dispositivos, como por ejemplo fuelles de fraguas, martinetes, bombas de agua, sierras, máquinas con levas o con biela-manivela para la fabricación del papel, el abatanado de la lana, etc.

Los primeros molinos fueron los de agua (llamados también ruedas hidráulicas) que basan su funcionamiento en la energía del agua en movimiento, y más tarde aparecieron los de viento que basan su funcionamiento en la energía del viento.

Con los molinos comienza en Europa, por primera vez en la historia de la sociedad humana:

El reemplazo de esfuerzos físicos o musculares
del ser humano o de los animales por la máquina (en este caso El Molino).

Si bien el molino de agua (la rueda hidráulica) había aparecido en el Cercano Oriente un siglo antes de Cristo, y siglos después apareció el molino de viento, la antigüedad clásica hizo un uso limitado de los mismos. Hay que esperar hasta el medievo para que los molinos, como fuentes de energía mecánica, entren a formar parte integrante de la estructura productiva y social.

Con el reemplazo de actividades físicas o musculares del ser humano o de los animales por la máquina (el molino) comienza la Mecanización de las Actividades Productivas, un hecho histórico, pues si bien la antigüedad conoció la máquina, no la utilizó sistemáticamente para simplificar el trabajo humano.

La mecanización de las actividades productivas generó una importante evolución de las técnicas, y en consecuencia de muchísimos mecanismos conexos (engranajes, bielas, levas, etc.). Es interesante destacar que este proceso de mecanización fue un fenómeno típicamente europeo que no se dio en otras partes del globo.

Recordemos que en esa época tanto en China como en los países árabes existía un nivel técnico comparable y en muchos casos superior al de Europa, pero la evolución de la mecanización en los países europeos hace que todo comience a cambiar y en poco tiempo Europa pasa a la cabeza del mundo.

Los molinos tenían una fuerte presencia en la vida cotidiana de muchos países europeos y sus mecanismos internos, engranajes, balancines, rodamientos (rulemanes), dispositivos mecánicos, etc., estaban a la vista de todos, los molinos no estaban vestidos, estaban desnudos, nada los cubría, y mostraban todo.

Esta fuerte presencia de los molinos terminó convirtiéndolos en el símbolo de la técnica medieval.
La presencia de la máquina, y de la mecánica de su funcionamiento, fue generando en el europeo una CULTURA TÉCNICA que con el tiempo le posibilitó inventar una serie de artefactos como el telar mecánico, la máquina de vapor, las máquinas herramientas, etc.

Inventos y desarrollos que no se concretaron en países no europeos, no porque sus habitantes no fueran inteligentes, sino tal sólo por que carecían de cultura técnica.

El empleo de la máquina (en este caso el molino) en la estructura productiva es un hecho histórico que modificó el sistema sociotécnico vigente y planteo:

Una ruptura con el mundo tradicional y el comienzo de la gestación del mundo actual.

Esta ruptura con el mundo tradicional la pone claramente de manifiesto Cervantes cuando narra el episodio del hidalgo caballero Don Quijote frente a los Molinos.

Don Quijote, un defensor de la civilización de la caballería, una civilización en retirada frente al avance de la técnica, se encuentra con los molinos y los asume como la presencia de la técnica medieval, una técnica que la consideraba su enemiga pues había puesto punto final a la civilización de la caballería, y en su locura busca destruirlos diciendo «es gran servicio de Dios quitar tan mala simiente de sobre la faz de la tierra». El supuesto idílico romanticismo de la caballería andante se enfrentaba con el pragmatismo de un nuevo mundo que nacía gestado por la técnica; el caballero con su lanza en ristre poco o nada podía hacer frente a los desarrollos técnicos (por ejemplo las armas de fuego).

Posiblemente con ese episodio Cervantes quiere dejar constancia que a la España caballeresca de su época le costaba aceptar este nuevo mundo que rompía con el mundo tradicional, y buscando caricaturizar la situación califica a los molinos (es decir a la técnica) como cobardes y viles criaturas.

La actividad técnica durante la Edad Media fue intensa, algunos inventos que tuvieron lugar en ese período sentaron bases del mundo moderno, por ejemplo el reloj mecánico, la máquina más compleja de la época, hizo su aparición en el siglo XIII.

La invención del reloj mecánico marca una importante ruptura con el mundo natural, a partir de entonces ya no será más la salida del sol o el canto del gallo lo que señalará el comienzo del día, sino el reloj, que además condicionará el ritmo de todas las actividades cotidianas. Con el tiempo el ser humano pasó a ser esclavo del reloj.

Con el reloj mecánico se inicia un ciclo de la sociedad humana caracterizado por una visión mecanicista, de la técnica, del mundo y de la vida, un ciclo que se prolonga hasta la segunda mitad del siglo XX, donde comienza a declinar por que nace otro ciclo basado en la electrónica digital (la digielectrónica) y cuyo referente es el reloj electrónico.

La Revolución Técnica de la Edad media, si bien produjo cambios cuantitativos en la producción, no produjo cambios cualitativos y la estructura productiva siguió siendo de tipo artesanal.
Los logros técnicos de la Edad media hicieron que el europeo comenzara a tomar conciencia de su capacidad para utilizar y hasta dominar fuerzas de la naturaleza, lo que le acrecentó la confianza en sí mismo y mentalmente comenzó a superar una sensación de sujeción, de subordinación, casi podríamos decir de obediencia y de respeto frente al mundo natural en el que estaba inmerso, y a sentirse dueño de sí y del mundo.

Es cuando surge el Renacimiento.

Lynn White, en su libro The Expansion of Tecnology, dice:

«El lapso milenario de la Edad Media tiene el interés de que fue el período durante el cual Europa forjó la confianza en sí misma y la capacidad técnica que, después del 1500, la capacitó para invadir el resto del mundo, conquistando, saqueando, comerciando y colonizando.»1



La rápida expansión ultramarina de Europa fue posible merced al galeón, creado y perfeccionado por la Europa atlántica; este barco permitió que los portugueses, los españoles, los holandeses y los ingleses impusieran el predominio Europeo en el mundo.

Con el galeón Europa se adueñó de la alta mar, se expandió en África, conquistó América, destruyó el comercio marítimo musulmán en el Océano Indico monopolizando el comercio con el Lejano Oriente, y sentó las bases de su dominio económico en el mundo.

La supremacía adquirida por Europa en el terreno técnico fue la carta maestra que le permitió llevar a cabo su expansión económica, política y finalmente cultural. Tengamos en cuenta que Europa terminó imponiendo su cultura en el mundo.

Cerramos aquí la Revolución técnica de la Edad Media, que se caracterizó por El reemplazo de esfuerzos físicos o musculares del ser humano o de los animales por la máquina, y pasamos a:
 
LA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL (1760 – 1830)

Los desarrollos técnicos del medievo, por un lado consolidaron la economía europea y por otro le posibilitaron a Europa desarrollar una política expansionista. Todo esto llevo a la ampliación de sus relaciones comerciales.

Veamos el caso de Inglaterra. Este país llegó a tener un mercado para su producción textil que no alcanzaba a cubrir con su producción, y donde primero se puso de manifiesto la falencia fue en la escasez de hilo, que en la época se elaboraba manualmente en rueca. Frente a este problema, un tejedor y carpintero inglés, que por cierto tenía cultura técnica, pensó producirlo mediante un dispositivo mecánico e inventó y fabricó en 1764 la primera hiladora mecánica, que podía hilar hasta 8 hilos simultáneamente. Con el tiempo fueron surgiendo otras hiladoras mecánicas.

Las hiladoras mecánicas señalan el comienzo del

Reemplazo de actividades manuales por la máquina.

Resuelto el problema del hilado el próximo requerimiento fue la posibilidad de mecanizar el telar, y la primera solución la brindo un clérigo e inventor inglés, quién en 1785 patentó el primer telar mecánico.

Otro reemplazo de una actividad manual del ser humano por la máquina.

Estas máquinas, la hiladora y el telar, requerían energía mecánica para moverlas, y la única de que se disponía, fuera de la energía humana o la animal, era la que suministraban los molinos de agua (ruedas hidráulicas), pero con grandes limitaciones tanto geográficas como climáticas.

Frente a este hecho (el requerimiento de energía mecánica), James Watt que estaba buscando perfeccionar las máquinas de vapor existentes ―máquinas que se usaban para accionar bombas que extraían el agua de las minas de carbón― tiene la idea de transformar el movimiento alternativo de ida y vuelta que generaban esas máquinas, en movimiento de rotación, y lanza al mercado su célebre máquina (la máquina de vapor de Watt).

La máquina de vapor fue la primera fuente de energía mecánica artificial pues sus antecesores, los molinos (de viento o de agua), manejaban energía mecánica natural.

La relativamente gran disponibilidad de energía mecánica que ofrecía la máquina de Watt abrió la posibilidad de remplazar también otras actividades manuales por la máquina y surgieron las máquinas-herramienta (tornos mecánicos, fresadoras, cepilladoras, etc.).

Las máquinas-herramienta son dispositivos mecánicos que incorporan una herramienta que es la que actúa sobre el material a trabajar.

En la máquina-herramienta, la herramienta no está más en la mano del artesano, está en la máquina. El obrero maneja la máquina pero no directamente la herramienta.

Un ejemplo es la máquina de coser, donde se maneja la máquina pero no la aguja, que es la herramienta. En el telar mecánico la herramienta es la lanzadera.

El empleo de las máquinas-herramienta planteó la generalización de la mecanización de las actividades productivas y el surgimiento de la producción industrial. De la producción artesanal se pasó a la producción industrial.

La mecanización que comenzó en la industria textil, se extendió luego a otras industrias.

Las máquinas-herramienta y la máquina de vapor de Watt llevaron a lo que se conoce como Revolución industrial (1760-1830), una revolución que fue no sólo técnica, sino también económica, política y social, y termino generando la sociedad industrial.
Esta Revolución, que da nacimiento a la producción industrial, se caracteriza por:

El reemplazo no sólo de esfuerzos físicos o musculares, sino también de actividades manuales por la máquina (la máquina-herramienta).

Podemos considerar a la máquina-herramienta como el núcleo de la Revolución industrial.

Marx en su libro El capital (Capítulo: Maquinismo y gran industria) dice "la máquina-herramienta inauguró la Revolución industrial".

La Revolución industrial, que marcó el paso de la producción artesanal a la industrial, dio nacimiento al capitalismo industrial.

En la producción artesanal la concepción del producto y su fabricación, están a cargo de la misma persona, "el artesano", responsable de todo el proceso. Es decir que en la producción artesanal no hay una separación entre concepción y realización.

Mientras que la producción industrial se caracteriza por:

La separación de las tareas de concepción, de las de fabricación.

Unos conciben y otros fabrican el producto.

Durante esta etapa del desarrollo social, y asociado a la producción industrial y no a la producción artesanal, aparece el término Tecnología (antes del siglo XVIII no se usaba este término).
 
La tecnología es el resultado de relacionar la técnica con la ciencia y con la estructura sociocultural, económica y productiva a fin de brindar respuesta a problemas sociales.

A continuación recapitulamos las características más importantes de la
Revolución industrial:

La presencia de la máquina de vapor de Watt;

La separación de las tareas de concepción, de las de construcción (fabricación), unos conciben y otros fabrican;

La aparición de la máquina-herramienta. En la máquina-herramienta la herramienta no está en la mano del obrero, está en la máquina. El obrero maneja la máquina pero no la herramienta (en el montaje puede manejarla, pero en la fabricación no).


Y el factor clave que la generó:

El reemplazo no sólo de esfuerzos físicos o musculares, sino también de actividades manuales por la máquina-herramienta.

Se considera la Revolución industrial como la segunda gran transformación de la forma de vida del ser humano, teniendo en cuenta que la primera fue la Revolución neolítica.

LA SEGUNDA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL O
REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA

La introducción del vapor como fuente de energía mecánica marcó el comienzo de la sociedad industrial, pero teniendo en cuenta que la energía es el motor de la producción industrial, surgió la búsqueda de otras fuentes de energía, y a finales del siglo XIX irrumpe la electricidad y el petróleo, y asociado a este último los motores de combustión interna.

La irrupción de la electricidad, del petróleo y de los motores de combustión interna, generan lo que se conoce como Segunda Revolución industrial o Revolución tecnológica. (finales del siglo XIX)

Entre las consecuencias más notorias de esta Segunda Revolución industrial podemos señalar la iluminación eléctrica, el progreso de los transportes y de las comunica-ciones, y grandes cambios tanto en la producción como en la vida cotidiana. Esta revolución, basada en la electricidad y el petróleo, representó el triunfo de la energía eléctrica.

Desde la óptica de la producción es interesante hacer un comentario referente a dos doctrinarios de la Segunda Revolución industrial, dos hombres clave del capitalismo industrial: Frederic Winslow Taylor (1856 - 1915) y Henry Ford (1863 - 1947).

Taylor fue el padre de la organización científica del trabajo. La organización científica del trabajo tiene como objetivo determinar la máxima cantidad de trabajo sostenido que se le puede exigir a un obrero, de forma tal que mantenga su ritmo durante varios años sin que sufra molestias físicas, pero omitiendo tener en cuenta los aspectos humanos (lo psicofisiológico) del complejo obrero-máquina.

No se le pide al obrero que piense o razone, sino que opere al ritmo y de la manera como decide la oficina de métodos y planificación.

La organización científica del trabajo es lo que se conoce con el nombre de taylorismo.

Sin embargo faltaba un paso, incorporar esta organización científica del trabajo en un sistema de fabricación que progresara automáticamente y dictase su ritmo al obrero. Fue Henry Ford quien lo hizo al introducir la línea de montaje. Con la línea de montaje y el trabajo en cadena aparece lo que se conoce con el nombre de fordismo.

En el fordismo, la productividad deja de ser el resultado de la sumatoria de esfuerzos individuales y pasa a depender de la planificación y correcta utilización de la capacidad de producción. Los obreros realizan solamente tareas fragmentarias y monótonas.

La concepción fordista del trabajo significa la marginación de de la iniciativa individual, pero la libertad de movimiento y la iniciativa perdidas son en parte compensadas por la disminución de la fuerza de trabajo necesaria para cumplir la función.

Si bien este esquema productivo tuvo su vigencia, hoy es necesario la revisión de algunos conceptos.

Al respecto es interesante mencionar las palabras que en 1979 pronunciara Konosuke Matsushita, Consejero Ejecutivo de Matsushita Electric Industrial Co. Ltd.
«Nosotros vamos a ganar y Occidente va a perder: ustedes pueden hacer poco para evitarlo, porque la derrota la llevan en ustedes mismos.

Sus organizaciones son taylorianas; pero lo peor es que también lo son sus cabezas. Ustedes están totalmente convencidos de que manejan bien sus empresas al diferenciar por un lado los jefes que piensan y por el otro los ejecutantes.

Nosotros somos postaylorianos: sabemos que los negocios se han vuelto tan complicados, tan difíciles, que la empresa debe movilizar la inteligencia de todo el personal para tener posibilidades de progresar.
Porque la inteligencia de unos pocos tecnócratas –por brillantes que sean– es insuficiente para enfrentar los desafíos tecnológicos.

Sólo la inteligencia de todo su personal puede permitirle a una empresa enfrentar las turbulencias y las exigencias de su nuevo entorno.

Esta es la razón por la cual nuestras grandes firmas brindan a su personal más capacitación que las de ustedes. Por eso mantienen en su interior un diálogo y una comunicación densas; por eso solicitan constantemente las sugerencias de todos.»2



El tema es polémico, y estos últimos años ha surgido otro esquema productivo, el llamado "toyotismo", que plantea entre otras cosas, la flexibilidad laboral (alta rotación en los puestos de trabajo/roles) y el trabajo en equipo.

LA REVOLUCIÓN CIENTÍFICO-TECNOLÓGICA

En los últimos años se han desarrollado nuevos conocimientos y nuevas tecnologías, sobre todo dentro de los campos de la microelectrónica, la informática, las biotecnologías y los nuevos materiales, que plantean cambios revolucionarios, que ya hemos comenzado a vivir, y que anuncian nuevas estructuras en el campo social y productivo.

Estos cambios revolucionarios nos permiten hablar de una nueva Revolución, la Revolución Científico-tecnológica.

Si la Revolución técnica del medievo logro, el reemplazo de actividades físicas o musculares por la máquina, y la revolución industrial que la máquina reemplazara también el trabajo manual directo, esta Revolución científico-tecnológica, está logrando que:

La máquina reemplace no sólo el esfuerzo físico, no sólo el trabajo manual directo, sino también parte del trabajo intelectual del ser humano, sobre todo lo rutinario y repetitivo.

Para esto se apela a la computadora.

Con la computadora el ser humano puede independizarse del ritmo de la máquina, es suficiente programarla, su trabajo se intelectualiza.

En el origen de este fenómeno está la digitalización de la información y su manejo en tiempo real. La digitalización es la traducción al código binario (0 y 1) de la información (que pueden ser textos, imágenes fijas o animadas y sonidos) para ser procesada, almacenada y/o transmitida y luego decodificada.

Con la digitalización de la información nace un nuevo ciclo basado en la electrónica digital (digielectrónica) y cuyo referente es el reloj electrónico.

La introducción de la información digitalizada en la estructura social y productiva ha planteado lo que se llama una Revolución informática, revolución que podemos considerar forma parte de la Revolución científico tecnológica.

Estamos pasando de un esquema en el que lo preponderante era la energía a otro en el que la supremacía pasa por la información; de los "Caballos Vapor" a los "Megabytes".

La información se ha convertido en un componente clave del mundo actual.

Ahora bien, tengamos en cuenta que la información no es ni materia ni energía, es simplemente información.

Recordemos que información no es conocimiento, para pasar a serlo debe ser procesada por el interesado, lo que requiere voluntad, reflexión, razonamiento, esfuerzos, etc.
 
Hemos planteado 4 revoluciones técnico-tecnológicas que generaron el mundo de hoy.

Las que podemos representar simbólicamente:

El símbolo de la Revolución técnica del medievo es el Molino;

El símbolo de la Revolución industrial es la Máquina de vapor;

El símbolo de la Segunda Revolución industrial es el Ford T;

El símbolo de la Revolución científico-tecnológica es el "Chip".

Recapitulando podemos decir que la técnica y la tecnología han marcado el desarrollo de la civilización occidental, que terminó imponiendo sus pautas de vida en el mundo.

Refiriéndose a este tema Lewis Mumford, en su libro "Técnica y civilización" dice dice:

«La mecanización y la regimentación no constituyen nuevos fenómenos en la historia; lo nuevo es el hecho de que estas funciones dominan cada aspecto de nuestra existencia. Otras civilizaciones alcanzaron un alto grado de aprovechamiento técnico sin ser profundamente influidas por los métodos y objetivos de la técnica. Los chinos, los árabes, los griegos mucho antes que los europeos del norte, habían dado los primeros pasos hacia la máquina. Tenían máquinas pero no desarrollaron "la máquina". Correspondió a los pueblos de la Europa occidental adaptar todas las formas de vida al paso y a las capacidades de la máquina. ¿Cómo pudo la máquina apoderarse de la sociedad europea y lograr que esa sociedad, por una acomodación interna, se rindiera a la máquina?»

1 WHITE, L. The expansion of technology 500-1000. In: History of Europe. London, 1971, Vol. I, p. 143.
2 PORTNOFF, A-Y; GAUDIN, T. La revolución de la inteligencia. Buenos Aires, INTI, 1988.
Se llama Edad Media (medievo) al período de la historia europea que comienza con la caída del Imperio Romano de Occidente en el Siglo V y se extiende hasta el siglo XV.

LA TÉCNICA Y SU HIJA DILECTA LA TECNOLOGÍA
DISPARADORAS DE CAMBIOS REVOLUCIONARIOS

Aquiles Gay